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3 Comments

  1. Liana Fornier De Serres
    26 junio, 2021 @ 9:38 pm

    Me encanta tu artículo Mar, me lleva a un cuento que escribí hace… tal vez unos veinticinco años. Se llama Alfredo y la bicicleta. No ha sido aceptado por nadie en todas las etapas de esos años. Se trata de un buen niño de ocho años que, por un deseo muy grande y la negativa de su padre, hace algo no muy grave con una buena enseñanza pero, ese no fue el caso, y ante una palabra terrible de su padre corre y se interna en el monte y no regresa a su casa. Y ahí comienza la otra historia de Alfredo hasta su adolescencia. Estoy feliz de recuperar este email porque por diez días se me fue el internet y perdí todo mi email de google. Tenía guardado para leer, justamente, un artículo tuyo sobre la censura en la literatura infantil, que supongo es éste. Gracias Mar.

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  2. Mar Benegas
    27 junio, 2021 @ 7:47 am

    Hola, Liana, qué bien que hayas recuperado tu cuenta.
    Sobre la censura, tal vez, te refieres a este (o de no ser así tal vez te resulte interesante también): https://www.elsitiodelaspalabras.es/la-censura-en-la-literatura-infantil-y-juvenil/
    Ese Alfredo tuyo me recuerda un poco al Barón Rampante, de Italo Calvino ¿lo leíste? Seguro que te encanta.
    Que pases un buen día.

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  3. Liana Fornier De Serres
    27 junio, 2021 @ 4:23 pm

    Hola Mar! Gracias por tu respuesta. Sí, por supuesto, leí el Barón rampante hace muchos años, en uno de mis tantos cursos o clubes de lectura. Y sí, me encantó.
    El artículo, efectivamente, era el que me indicas, lo leeré con calma este domingo.
    Un excelente día para ti también
    Liana

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