El deseo y la esperanza se trenzan con los mismos hilos

El deseo y la esperanza se trenzan con los mismos hilos. Somos seres de deseo. Soñar, esperar, ser y desear.
Estos verbos constituyen la materia prima de los sueños, de la ficción, de los libros y la poesía. Son nuestros verbos preferidos. Aquí, en este rincón del mundo.

Soñar, esperar, ser, desear… acompañar, escuchar, leer, observar, compartir y aprender, serían el resto de verbos que constituyen la cosmología de esta casita, EL SITIO DE LAS PALABRAS.

Sin embargo, no vamos a decir “os deseamos un feliz 2021“, aunque desear sea nuestro verbo favorito. Nos permitimos soñar, porque es nuestra manera de vivir. Soñar en la intimidad y en cada sueño trenzar ese deseo y seguir aquí, en vuestra compañía, es de las mejores cosas que nos puede suceder.

Porque, para qué vamos a engañarnos, marzo de 2020 fue un mazazo que desmontó el mundo. El nuestro y el de tantas personas. Se desmoronó el mundo, se cayó a pedazos y todavía hoy seguimos viéndolo caer. Incertidumbre, congoja, miedo, precariedad, miseria, enfermedad, muerte, ansiedad, pesadillas, angustia… los peores adjetivos vinieron a enturbiar esos verbos que nos constituyen. El deseo, los sueños y la esperanza dieron paso a otros, terribles y vociferantes, que asfixiaban todo.

Pero el lenguaje tiene un poder gigantesco y, muchas veces, los significantes se adaptan y transforman. Son un bálsamo, un abrazo y una cadena de luz. Así,  casi sin darnos cuenta, nos percatamos del verdadero significado del nombre de nuestra casa: EL SITIO DE LAS PALABRAS.

Si de algo estamos seguros es de que, este año 2020, EL SITIO DE LAS PALABRAS ha sido un lugar. Físico, tangible, humano. Un abrevadero donde podíamos detenernos, como animalillos asustados, a recomponernos. Así lo hemos sentido y así ha sucedido. Una ventana, un salón donde encontrarnos.

En 2020 esta ha sido vuestra casa, han llegado más personas que nunca, caminantes cansadas que necesitaban un lugar en el que compartir. Nuevas personas que han llegado de todos los lugares del mundo. Incluso alojamos, este aciago año, nuestro querido JALEO (EN RED) .

Hemos inventado nuevos formatos y acompañado, como siempre, los procesos, el camino individual. Hemos reído, temido y expresado, leído y reflexionado, debatido, recitado y escrito versos. Siempre en vuestra compañía.

Porque un camino extenuante, un bosque oscuro, una noche cerrada… necesita claros, claros del bosque o luminarias que nos ayuden a no perdernos. Y eso, gracias a todas vosotras, ha sido esta casita durante 2020.

EL SITIO  DE LAS PALABRAS ha sido un lugar mullido que nos ha ayudado (a todos los niveles) a superar este año. Esperamos que a todas las que habéis pasado por aquí también os quede esta sensación. Nosotros no podemos hacer otra cosa que daros las GRACIAS.

Y deciros que aquí seguimos, en el próximo 2021. Con la mesa preparada y un lugar confortable donde sentarnos a descansar. Con un libro en el regazo y un POEMA AL VUELO que recitaros al oído. Esperando que llaméis a la puerta y vayáis llegando a esta nuestra casa. Un lugar para descansar, pensar y compartir.

Aquí, en este lugar, donde siempre. Donde las palabras y la poesía son ese abrazo que tanto necesitamos.

Porque, no lo olvidemos, somos seres de deseo. Y el deseo y la esperanza se trenzan con los mismos hilos. Soñar, esperar, ser y desear.