MI PRIMER ABECEDARIO: JUGAR LAS LETRAS

MI PRIMER ABECEDARIO: EL CARNAVAL DE LAS LETRAS

Recientemente he publicado el libro MI PRIMER ABECEDARIO: EL CARNAVAL DE LAS LETRAS  en la editorial Penguin Random House. Un libro a gran formato, donde la idea es esa: jugar con las letras. He tenido, además, la posibilidad de presentarlo muchas veces, con diferentes grupos. Aquí os comparto algunas reflexiones a partir de este libro y de los talleres que propongo en las formaciones para vincular la metáfora, la rima y las letras.

Acercarse a la lectura es como armar un rompecabezas. Un juego de descifrar y entender, un juego de relacionar lo visual (la letra) y transformarlo en otras cosas: sonido, palabras, pensamiento. Un juego de espejos y magia que solamente puede aprenderse en el momento adecuado. La infancia necesita el juego, lo lúdico, para apropiarse del mundo de las letras, como ya vimos en este otro artículo.

EL VIAJE DE LEER

Es cierto que ante un mínimo estímulo aprendemos a hablar. El habla es nuestra, nos pertenece.  Incluso sin ningún tipo de estímulo también podemos aprender a comunicarnos. Porque si la comunicación es territorio de la especie, el conocimiento profundo del lenguaje y el desarrollo del mismo (la lectoescritura y su infinito camino) son una parte de la evolución del habla. Casi 30.000 años nos costó aprender a dominar la escritura. La palabra escrita es, sin duda, territorio de la razón, la costosa evolución del habla.

QUÉ DIFÍCIL

De hecho, se trata de uno de los procesos de aprendizaje más complejos y largos. No sería posible adquirir la destreza lectora (o el costo de esfuerzo es mucho mayor) si no se aprendiera a leer en la infancia, cuando el cerebro (y el cuerpo) tiene una mayor flexibilidad. Todas las redes neuronales que se establecen en la lecto-escritura no existen previamente, se generan de cero, se abren nuevas vías y caminos. De pronto se ha de establecer una relación extraña y nueva que vincule la psicomotricidad fina (mano y  brazo para mover el lápiz), el ojo (para identificar las letras, tanto en la escritura como en la lectura) y el cerebro, que ha de ser capaz de interpretar este código nuevo, fonético, visual y, sobre todo, que articula el pensamiento.

LAS IMÁGENES LAS LETRAS

Dice Gabriel Janer Manila que el lenguaje poético abre unos canales poco transitados de la mente humana, que es difícil saber cómo el lenguaje popular se carga de imágenes que conmueven las estructuras semánticas convencionales y las formas de comunicación lógica.

Podemos entender el lenguaje como algo estático que se rige por unas normas fijas, o por el contrario, a través de la poesía, conectar directamente con la emoción a través de las palabras.

También afirmaba el filósofo francés Gaston Bachelard (afirmación que después ha sido probada por la ciencia) que la lectura poética genera imágenes nuevas, que enciende, a la vez, el mecanismo de la lectura y también el proceso que sucede en la mente cuando observamos imágenes (cuadros, paisajes, etc).

Es decir: leer poesía genera imágenes nuevas de las que nuestra mente, nuestra imaginación, se alimenta. Ofrece un imaginario poderoso, estimula la inventiva y la creatividad y nos sitúa en el lugar en el que suceden las cosas que transforman la realidad: en el asombro.

La poesía no es  otra cosa que el juego del espíritu con el lenguaje y las letras pueden ser, si sabemos ofrecerlas, el modo de conectar lo complejo con lo lúdico.

JUGAR  Y JUGAR

Y así es como la infancia se apropiará de las letras: jugando con ellas. De ahí nace MI PRIMER ABECEDARIO: EL CARNAVAL DE LAS LETRAS, a modo de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna y de un taller ideal para jugar con la primera infancia.

PROPUESTA DE TALLER

–Una letra mayúscula, de palo, tamaño grande y… a jugar.  Esta propuesta es una de las actividades que propongo a docentes de infantil (“yo tengo la A en mi nombre”, “yo tengo la M”…) pero también en primeros cursos de primaria. Incluso, como Don Ramón, podríamos hacerlo con los mayores adaptando el nivel y la complejidad:

• Los pequeños solamente “disfrazan las letras”, las dibujan las pintan, las juegan: así (imágenes de niños y niñas de infantil).
• Los de primer ciclo pueden, además de dibujar las letras, jugar con los pareados: La A es una cabaña / donde teje la araña.
• Y los mayores pueden hacer sus greguerías con poemas más largos o imágenes más elaboradas (técnica de collage, dadaísmo…), tan lejos como queramos llegar.

MI EXPERIENCIA

Desde que llegó el libro, en numerosas ocasiones he podido presentarlo y probarlo con niños y niñas de infantil y primeros cursos de primaria. El gran formato del libro lo hace ideal para compartirlo en grupo. Y yo siempre lo presento del mismo modo: un carnaval donde las letras se disfrazan, y, antes de abrir la página y mostrar la imagen y el poema, invito al grupo:
– ¿De qué podríamos disfrazar a la A?

A veces tengo que dar la primera idea: “una A se parece a una casa, ¿verdad? mmm, pero también podría ser…” e inmediatamente, comienzan a surgir las ideas, algunas totalmente acertadas: “un tipi“, “una escalera“, “una señal de tráfico” y otras disparatadas y peregrinas: “la A parece una jirafa” o “la A parece un bocadillo de salchichón“. Todas sirven y nos ayudan a jugar, a interiorizar la imagen de la letra y asociarla con el sonido y la representación gráfica. Pero, sobre todo, nos ayuda a llevarnos una experiencia lúdica y placentera con ellas.

También me ha sucedido en las ferias en las que he estado firmando estos meses que algunas  personas que, en principio, estaban reticentes por su tamaño, al explicarles que a los niños y las niñas era ese el motivo por el que les encantaba, por ser gigante, han venido (no una, varias) a decirme: qué razón tenías. Algunas llegaban empujando el carro o trayendo a la nieta que, con el libro gigante en sus manos, no quería soltarlo bajo ningún concepto. Otras me escribieron por redes: sí que es verdad, le encanta mirarlo y jugar con él y comienza a deletrear.

CONCLUSIÓN

Justo por estos motivos que acabo de contaros pensé este libro. Jugar con el abecedario, permitir el juego y la rima. Y letras de palo, mayúsculas; por si, jugando jugando, nos vamos lanzando a la lectura.

Mar Benegas

Dibujos del artículo: Muestra del taller de metáforas visuales realizadas por niños y niñas del aula 4-5 años del CEIP Ausiàs March de Sagunt, a cargo de la maestra Montse Ortega.

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