Equipo de EL SITIO DE LAS PALABRAS y organización de JALEO
JALEO22
Dos imágenes, solamente. Sé que no son suficientes, ni dos ni mil. Porque ninguna imagen puede acercarse, ni de lejos, a lo vivido estos días en JALEO.
Tampoco lo harán las palabras. Hay cosas que se guardan en otro lugar.
Porque no hay modo de transmitir el silencio, sobrecogedor, que podía cortarse en las conferencias. Ni el nudo, casi continuo, en el estómago y la garganta, ni los llantos apagados, ni las explosiones de carcajadas, ni la complicidad, ni los abrazos, ni las conexiones, maravillosas, tras las ponencias: debates, palabras, preguntas, recuerdos, confesiones, ilusiones, ideas y propuestas (que, esperamos, podremos en marcha en los próximos meses). Ni los abrazos y las miradas, no.
No hay palabras ni imágenes que puedan ofrecer un atisbo, siquiera, de lo vivido estos días.
Por eso traigo sol dos, dos imágenes que son dos caras, el anverso y el reverso.
Una representa el camino, los pasos, las manos y los corazones que lo trazaron. La otra es el destino, por fin: el lugar al que nos dirigíamos.
Un año entero trenzando este cesto. Con cuidado, para que todo esté en su lugar: aquí la reflexión compartida, aquí el tono y tema de cada ponencia, aquí este taller, aquí esta voz, aquí este pensamiento y allá ese poema, aquí la música y aquí el teatro, aquí la emoción y aquí la risa, aquí este debate, esta herida abierta, aquí este barco en el que remar juntas, aquí este compartir tiempo y café y comida, aquí este libro… así con cada detalle. Todo pensado, puesto en duda, compartido, discutido, temido y, finalmente, puesto en su lugar, con cuidado.
Pero cuando pasa #jaleo, al terminar, no nos llevamos el mismo mimbre trenzado durante meses, no. Nos llevamos un cesto lleno de frutos. Frutas alimenticias que nos duren hasta el próximo año.
Dos fotos, las dos caras, el haz y el envés. El camino y la casa llena.
Gracias.
Ya estamos planeando #JALEO23